27 de octubre, sabes, a mis 50', soy la actriz principal, la protagonista y no es que mi vida sea fantasía, ficción, drama, comedia, suspenso o terror, no, mi vida ha sido, es y será mi realidad. Cada mañana cuando me levanto, doy gracias a Dios por permitirme otro nuevo día de vida y ahí da comienzo una nueva página. Te preparas para salir a cumplir tu jornada ya sea, laboral, como madre, amiga, compañera, hija en fin, te enfrentas al diario vivir.
Como protagonista de mi vida, la misma ha sido marcada por muchos capítulos buenos y otros no tan buenos, pero todos me han formado hasta llegar a ser el ser humano que hoy soy. A través de la vida, nos enfrentamos al amor, la mentira, el engaño, el fracaso, el éxito, las metas, los retos, las tristezas, las alegrías, la incertidumbre en fin tu vida se convierte en un proceso con muchas variables que te forman, te fortalecen y te permite prepararte para pasar la próxima página a ese nuevo capítulo. Sabes, el plan de tu vida, sólo lo conoce Dios, el traza tu primer capitulo hasta llevarlo al final.
En el capítulo del amor, te quiero hablar del privilegio de ser amado carnalmente. Cuanto amor esta dispuesto un ser humano a dar a otro?, hasta donde estas dispuesto amar?. Amar no es lo mismo que querer, jamás. Puedes querer, puedes amar, pero como lo controlas? difícil verdad!. Tu corazón pierde fuerzas cuando haz querido y no han reconocido el privilegio que haz otorgado a esa persona de quererla o amarla. Entonces comienza el gran juego de baloncesto que en el amor consiste en quien tiene el control del balón, en que lado de la cancha esta. Cuando tu tienes el balón en tus manos, tienes el control de esa relación, de ese amor, pero una vez pierdes el mismo, comienza el control del otro y tus sentimientos a encontrarse, lloras, sufres, pero sabes, tu vas a volver a jugar baloncesto, sea con ese jugador o con otro, con el mismo riesgo y determinación porque así eres tu y nada va a lograr cambiar tu intensidad de amar. Tu habrás ganado al final, porque adquiriste la experiencia que reforzaron la estructura de tu ser, ese otro jugador no ganó porque perdió el privilegio de ser querido o de ser amado.
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